viernes, 22 de febrero de 2013



ÍNDICE del 22 de febrero de 2013

ARTESANÍAS  LITERARIAS
La revista que nunca duerme 
 Cuentos y poemas, textos literarios, ensayos, historia. 

Enviar mensajes y colaboraciones: cuentos, poemas, ensayos, material literario con un brevísimo CV y una foto  a:  
andresaldao@gmail.com
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CONSEJO de COLABORADORES de

ARTESANÍAS LITERARIAS
                               
           
EDITOR: Andrés Aldao

SEC. DE REDACCIÓN: Ester Mann

COLABORADORES:

Carlos Arturo Trinelli

Amelia Arellano

Celmiro Koryto

Cristina Pailos

Marita Ragozza de Mandrini

Ernesto Ramírez

Ofelia Funes


·                   Cristina Pailos
·                       Retienen a un palestino nominado al Oscar al llega...
·                       CINE: La última hazaña de la ‘Kon-Tiki’
·                       Ester Mann
·                       Andrés Aldao
·                       Yair Magrino,
·                       Gerardo Pennini
·                       Carlos Arturo Trinelli
·                       Miguel Ábalos
·                       Hebe Uhart
·                       Berly A. Marelo
·                       Adriana Lisnovsky,
·                       Fabiana León
·                       Elvira Levy
·                       Celmiro Koryto
·                       Alejo Urdaneta
·                       Carlos Pellicer Cámara
·                       Charles Bukovski
·                       Ernesto Ramírez
·                       Carina Sedevich
·                       Cristina Villanueva
·                       Ruth Patricia Rodríguez Serrano (Ecuador, 1966) ht...
·                      Amelia Arellano
·                       Krystyna Rodowska
·                       adiós sui generis completo

Cristina Pailos


Davos  sede del Foro del norte;
 Túnez la voz del Foro del sur

Concluyó en Davos, la 43ª edición del Foro Económico Mundial al cual acudieron cerca de tres mil dirigentes provenientes de varios países- entre ellos unos cuarenta jefes de estado, representantes de organismos internacionales y de  los más poderosos grupos de poder. Las manifestaciones anti Davos también se hicieron sentir, como en anteriores oportunidades.
La economía global aún en riesgo de colapso, dice el fundador de Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, profesor de la Universidad de Ginebra. Él mismo presidió el primer encuentro de dirigentes empresariales  de 1971para analizar las prácticas de administración comercial y financiera a nivel global. La idea era, entonces, reunir personalidades claves del mundo no sólo  en economía sino también en política, académicos y personalidades de la cultura para reunirse en un lugar tranquilo que les permitiera  una profunda concentración en el análisis e intercambio de idea sobre temas fundamentales de interés mundial.
Inicialmente, las reuniones se enfocaban  en cómo las empresas europeas podían alcanzar las prácticas de gestión de sus similares norteamericanas. Los temas que se vinieron tratando desde entonces fueron variados de acuerdo con la situación mundial para cada una de las fechas establecidas y que sería demasiado largo enumerar y ajeno a la índole de este comentario.
Davos, el lugar elegido para los encuentros no podría ser más propicio para la concentración profunda que los temas requerían: un exclusivo “ski resort” en los Alpes suizos..
Sin embargo, a juzgar hoy por las propias palabras de su fundador , los resultados obtenidos distan mucho de lo que algunos pretendía. Y digo “algunos” porque hasta quienes concurrieron al Foro actuaron esta vez con mucha cautela, sin declaraciones altisonantes  y el resto del mundo hace tiempo que no tiene grandes expectativas en las reuniones costosísimas del hoy glamoroso  Davos. Ellos son totalmente conscientes de que no solucionan nada.
Cito a continuación un fragmento de nota publicado por la página Sur y Sur con el título de Poderosos en su salsa  y firmada por Juan Guahán, de Question :
“Oxfam, una organización internacional de promoción del desarrollo y lucha contra la hambruna, ha publicado un documento denunciando que el 1% de la población más rica del planeta ha incrementado sus ingresos en un 60% durante las últimas dos décadas, pese a la crisis, `que no ha hecho más que acelerar esta tendencia’.
En otra parte de ese mismo informe manifiesta que el 33% de la riqueza mundial está fuera del control de los Estados protegida en los paraísos fiscales. Ese dinero podría producir una recaudación impositiva, en sus respectivos países, que ronda los 190 millones de dólares. Termina diciendo que durante el 2012 las 100 personas más ricas del mundo ingresaron a esos paraísos fiscales, 240 mil millones de dólares, esta cifra cubre cuatro veces la cantidad necesaria para poner fin a la pobreza en el planeta”.
Y en el mundo aumentan los millones de  desocupados o con mala calidad de empleo, y perspectivas bastante negativas en la economía global.


 Los aires puros de la montaña no pueden curar las enfermedades del mundo si los médicos encargados de remediarlas  hace tiempo que son acusados de mala praxis, de recetas obsoletas y lo que es peor, de haber producido la epidemia global con sus métodos equivocados y sus intereses que poco tienen que ver con la cura a los grandes males . Es difícil  que pueden encontrarla quienes produjeron la enfermedad . Por la poca repercusión que hasta ahora tiene en los medios, es fácil suponer que no debe cundir el optimismo ante la lectura de la realidad por más frívola que sea, ya que saben que las cosas no serán como antes: en el sur se ha fortalecido la confianza en que otro mundo es posible y se percibe un mayor protagonismo y participación a través de renovados movimientos sociales, y tomando distancia de los modelos  del norte.


Precisamente, por la falta de confianza en este Foro Económico Mundial, se realizó en 2001 el primer encuentro del Foro Social Mundial en Porto Alegre, Brasil, bastión incuestionable del PT (Partido de los Tabajadores) . Desde  entonces se han realizado encuentros en distintas partes del mundo , casi siempre en la misma fecha del encuentro de Suiza y se lo considera precisamente la antítesis de Davos.
Este año, 2013, el Foro Social Mundial tendrá su sede en Tunez entre el 23 y el 28 de marzo. A juzgar por la gran cantidad de participantes en la Asamblea preparatoria bajo la consigna de Dignidad, se espera un encuentro de magnitud sobre una temática concreta :  no depender de países hegemónicos para resolver sus problemas esenciales. Es indudable que en el corto tiempo del siglo XXI hemos visto el estallido de conflictos, viejos conflictos que no sólo no contaron con el ánimo de  ser frenados sino que se los atizó y se los llevó a la máxima de virulencia. En síntesis,   se advierte en el Foro del norte (Davos) que el sur ya no es el mismo: Otros gobiernos, estudios y reclamos para otra medicina social, otras condiciones de trabajo, y reivindicación de los derechos de la mujer, de los pueblos originarios, de los inmigrantes y por encima de todo, no pago de una deuda usuraria y al dictado imperialista a las políticas nacionales.
Ya había terminado de escribir cuando hoy domingo 3 de febrero en la página central del diario La Capital de esta ciudad de Mar del Plata encontré un enorme título:LAS DIEZ CLAVES QUE DEJÓ DAVOS. No lo leí aún ni me entusiasma hacerlo pero le dí una ojeada a los subtítulos. Intuyo que una vez más la enferma economía  fue atendida por los dudosos profesionales de siempre:
1 Lo peor de la crisis ha pasado
2. Criticas a Alemania
3. Japón está de regreso
 4. Habrá más desempleo
5. Se avecinan guerras monetarias
6. Inflación, el peligro acallado
7. La sombra del Medio Oriente
8 Es hora de humanizar las empresas
9 Redefinir la idea de liderazgo
10. Surge una nueva era de la información
Por lo poco que pude “espiar”, una vez más, esta cumbre sólo expresa los  temores de los poderes políticos y económicos por los posibles estallidos sociales y el impacto de la interconexión de millones de teléfonos y de redes sociales. Piensan que con innovaciones además de productividad , las empresas podrán ponerse a  la altura de los desafíos. (Ni a los desocupados ni a otra gente como yo nos interesan dichas innovaciones)


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¿Por qué elegí escribir sobre Davos si no estoy aportando nada nuevo, además de no gustarme?
Siempre que se producen dichos encuentros, el enclave de los Alpes suizos,  verdadero centro  de ski de lujo , me traslada de golpe a la literatura, concretamente a La Montaña Mágica de Thomas Mann. No sé como no tuve en cuenta a Davos cuando escribí en estas mismas páginas una serie de comentarios sobre ciudades o lugares geográficos como protagonistas en la literatura.
 De los años veinte al treinta , principalmente,  Davos tenía tantos sanatorios como hoy tiene hoteles turísticos. Creo que eran más de cuarenta sanatorios. Era la época en que se consideraba que el sol y el aire sano de montaña, y en especial el de  Davos, curaba o era muy recomendable para los tuberculosos y asmáticos. Allí acudían enfermos de toda Europa. Por la misma época nosotros teníamos una pequeña y modesta réplica de internaciones para tísicos en Córdoba, si la comparamos con la gran sede alpina . La esposa deThomas Mann es tuvo internada en la Clínica Valbella de Davos  durante largos meses Así el escritor pudo conocerlo y encontró allí el modelo de la Clínica Berghof  de su novela. y reflexionar sobre el lugar, los profesionales y la vida , pensamiento e ideas de los pacientes de entonces, cuyos destinos, en gran parte de los casos , terminaba con la muerte y . El cementerio en un bosque cercano dejó en sus barrocas lápidas el fin de hombres y mujeres, muchos de ellos menores de treinta años que pasaron por la Clínica Valbella. Era un edificio de belleza imponente y con más de doscientas habitaciones. Se lo consideraba un sanatorio modelo también por sus curas para el asma y por sus baños de fango y sus piletas.  La llegada de los antibióticos terminó con el mito y el negocio.
Para muchos críticos, La Montaña Mágica es una gran metáfora de la alta burguesía decadente de esa Europa anterior a la guerra.
Cuando leí la novela, hace mucho, recuerdo que le prestaba mucha atención a las actitudes , reflexiones , y forma de relacionarse de los pacientes entre sí, y pensaba que cuando se está mucho tiempo lejos del mundo real, una se debe aferrar a la ficción de micro mundo, a construcciones fantásticas para ahuyentar las sombras de la enfermedad y de la muerte. No sólo la muerte allí dentro, sino la que en poco tiempo vendría masivamente con  crisis económica, la guerra y el nazismo.
Y todos los años pienso lo mismo: los máximos representantes mundiales de la política y de la economía  descubrieron en Davos un lugar donde adoptar una posición de naturalidad y preocupación (verdaderas o falsas) respecto de la decadencia, de la cual, muchos de ellos son responsables.
Que destino tan enfermito es el de Davos.

Retienen a un palestino nominado al Oscar al llegar al aeropuerto de Los Ángeles




Retienen a un palestino nominado al Oscar al llegar al aeropuerto de Los Ángeles


·                  Las autoridades encontraron sospechoso el motivo de su viaje a EEUU
·                  Para salir en libertad, tuvo que recurrir a su amigo Michael Moore

Pablo Scarpellini | Los Ángeles

Se haga o no con el Oscar, Emad Burnat ya tiene una anécdota poderosa que contar. No fue un trago agradable en el que se vio envuelto el responsable del documental 'Five Broken Cameras', nominado a un Oscar en esa categoría y que a punto estuvo de perderse la ceremonia del domingo, amenazado con ser deportado nada más llegar al aeropuerto de Los Ángeles.
Al parecer, las autoridades de inmigración encontraron sospechosos los motivos del viaje del palestino a Estados Unidos y lo retuvieron en una sala durante hora y media junto a su mujer y su hijo, sin que la invitación de la Academia de Hollywood para acceder al Dolby Theater les pareciera suficiente prueba.
Burnat, un campesino que documentó la lucha contra el ejército israelí por la construcción de un muro en Cisjordania, tuvo que recurrir a sus influencias en Hollywood para poder salir del problema. Al verse atrapado, contactó al cineasta Michael Moore, a quien conoció durante el proceso de promoción de su trabajo.
"Aparentemente las autoridades de inmigración no pudieron entender cómo un palestino podía estar nominado a un Oscar", dijo Moore a través de su página de Facebook. "Llamé a oficiales de la Academia que a su vez contactaron a abogados. Le dije a Emad que les diera ni número a los oficiales y que soltara ni nombre un par de veces", relató el responsable de 'Bowling for Columbine'.
Eso ayudó a que le soltaran una hora y media más tarde y que le acabaran dando el tradicional mensaje caluroso previo a la entrada a Estados Unidos: "Welcome to America".
No es una situación extraña para un Burnat acostumbrado a las dificultades a la hora de cruzar fronteras por ser palestino. Su documental, de hecho, refleja la marginación en la que viven muchos de sus compatriotas, sometidos por la situación que se vive en la Ribera Occidental y en la Franja de Gaza.

CINE: La última hazaña de la ‘Kon-Tiki’



El mítico viaje de la balsa podría dar a Noruega su segundo galardón de Hollywood


No hay hazaña imposible para la Kon-Tiki. En abril de 1947, el aventurero noruego Thor Heyerdahl construyó esta embarcación, bautizada con el nombre del dios solar de los incas, con nueve troncos de balsa, cada uno de ellos de 13,7 metros de largo, unidos entre sí con cuerdas de cáñamo. Como si fuera una barca indígena, o al menos tal y como las dibujaron los exploradores españoles del siglo XVI. Heyerdahl quería demostrar que los primeros pobladores de Polinesia eran peruanos y tras 101 días de travesía, con otros cinco compañeros, completó 7.000 kilómetros, uniendo Callao (Perú) con el atolón de Raroia, en las islas Tuamotu.
“Heyerdahl fue uno de los grandes maestros de las relaciones públicas del siglo XX. Ninguno de los seis era navegante... y sin embargo dos de ellos sabían manejar la radio, porque a Thor le interesaba el eco de los medios de comunicación”, cuenta desde Los Ángeles el cineasta Joachim Ronning. Él y su amigo de la infancia Espen Sandberg han recreado el mítico viaje de la balsa en la película Kon-Tiki, que se ha colado de refilón en la categoría de película de habla no inglesa. Si lo ganan —“Amor es una rival demasiado dura, pero nuestra película cumple la doble condición de tono de autor con aventuras pensadas para toda la familia”—, serían los segundos noruegos en lograr un Oscar. Porque el primero fue... sí, Thor Heyerdahl, con el documental que grabó durante el viaje y que, cómo no, también se titula Kon-Tiki. “Para mi país es un héroe nacional, y vendió más de 40 millones de ejemplares de su libro sobre el viaje, una obra que se tradujo a 67 idiomas. Enger y yo nacimos en un pueblo a diez minutos de su localidad natal, así que tarde o temprano íbamos a realizar una película sobre su vida. Por cierto, ¿en España es conocido?”. Sí, sobre todo por las generaciones mayores. “Ya te dije, famosísimo, un grande de la promoción”.

Ese antes o después de su película se ha prolongado en el tiempo. La pareja debutó en el cine en el mismísimo Hollywood con el western Bandidas (2006), coprotagonizado por Salma Hayek y Penélope Cruz. “A Salma la vimos en los Globos de Oro [donde ya fueron derrotados por Michael Haneke yAmor] y recordamos viejos tiempos. De Penélope me acuerdo de su calidez, de su paciencia infinita. Era nuestro primer largo y nos ayudó y enseñó muchísimo. Aprendimos a volar con ella”. Tras aquel desastre volvieron a casa, y dirigieronMax Manus (2008). “Vendimos 1,5 millones de entradas en un país de cinco millones de habitantes. Eso nos animó a encarar el proyecto sobre la Kon-Tiki”.Pero los derechos los tenía el veterano productor inglés Jeremy Thomas, y no lograron hablar con él. Curiosamente, a la vez, Thomas buscaba directores noruegos para el proyecto y sus caminos se cruzaron. “Al final ha salido bien. No te puedes ni imaginar cómo se volcaron mis compatriotas en la producción. Todos querían participar. Hemos filmado en seis países, de Perú a las islas Maldivas, hemos rodado en alta mar varias semanas. Ha sido el filme noruego más caro de la historia”.
Aunque muchos de los hechos están dramatizados, Ronning apuesta por la verosimilitud. “Teníamos que resumir la historia en dos horas, pero que todo sonara real y que funcionara como thriller”. Tanto, que usaron dos balsas: una de ellas es la misma con la que el nieto de Heyerdahl repitió el viaje de su abuelo en 2006. ¿Locura familiar? “Bueno, les da por unas cosas...”.
Si Heyerdahl supo manejar las relaciones públicas, Ronning y Sandberg no se han quedado atrás. De Kon-Tiki han rodado dos versiones, una en noruego y otra en inglés, que es la que se distribuye por todo el mundo. “Hay pocos diálogos, así que repetimos pocas secuencias. La versión noruega tiene un poco más de humor, que para eso dominamos el idioma”, cuenta Ronning. La pareja ya no volverá a casa: en Hollywood les espera Spectral.“¿Cómo la definiría? Como si cruzaras Black Hawk derribada con Encuentros en la tercera fase”. Eso sí es un viaje.

jueves, 21 de febrero de 2013

Ester Mann



 

 El jinete      

Apuró al animal, le clavó las espuelas sin odio pero con premura…Debía llegar antes que el tren. Si no llegaba a tiempo todo estaría perdido, nada valdría ya la pena., no le importaba el peligro de que el tren lo atropelle . Si eso ocurriera Agustín se tiraría del bayo para que por lo menos él siguiera corriendo y se salvara. 

Más rápido, más rápido, ya avistaba la curva y el reflejo relumbrante de las vías, oía el ruido pero aún no se veía el tren. Tenía unos pocos segundos,  debía llegar con tiempo para hacerlo frenar. Si alcanzaba a llegar valdría la pena vivir, vivir una vida distinta, sería otra vida con la Mariela. Sabía que ella sentía lo mismo que él, que se iba obligada, sin querer, sin saber que él tendría el valor de buscarla, de pelearla, de quererla…

Dos veces nomás la vió…Pero toda su vida la intuyó, aparecía en sus sueños, la carita con esa sonrisa entre inocente y pícara…Por eso nunca quiso que las mujeres del pueblo lo enredaran: él se guardaba para la que vendría. Cuando la vió por primera vez a través de la vidriera de la peluquería, quedó congelado en el movimiento, parado con un pie en el aire, como si fuera víctima de un hechizo. Ella lo miró y le brindó la primera sonrisa. Le costó arrancar pero al final siguió caminando, como entre sueños llegó a la panadería y siguió descargando las bolsas de harina…
La segunda vez, el sábado a la noche, ayer, en el baile. No se atrevió a sacarla, sólo la miraba y, en cierto momento, cuando se cruzaron sus ojos, ella le sonrió otra vez. Fue demasiado para él, se dio la vuelta y volvió para la casa aunque eran sólo las diez de la noche. Pero Agustín vio que la carita de ella se iluminó cuando lo vió y eso lo convenció de ir a verla al día siguiente.

Esa misma noche le contó a la madre, ella se puso sería, y mientras seguía tejiendo, sin mirarlo a los ojos, le dijo que se estaba metiendo en un lío, que se sacara esas pavadas de la cabeza. El no la escuchó ni le confesó que nunca había hablado con la Mariela, que fueron sólo dos sonrisas y su corazón quedó cautivo.

Ahora no había que pensar, solo galopar y galopar hasta la curva. Ahí Agustín se bajaría del caballo y se pararía frente al tren que iría frenando. En ese lugar Mariela bajaría, él la ayudaría con los bultos, se montarían en el bayo y comenzaría otra vida para los dos.

Llegó al sitio preciso, ató el caballo en unos pastos y se plantó en el centro de las vías, el ruido era ahora atronador, más parecido al bramido de un animal monstruoso que al ruido de las ruedas sobre los rieles. El corazón le latía tan atronador como el sonido del tren y de pronto lo vió. Una boca inmensa de la que salían enormes llamas, un rugido terrible que lo inmovilizó, el dragón se acercaba a grandes saltos, hasta que ya
fue tarde y Agustín quedó atrapado por ese agujero caliente que lo devoró de un solo bocado.*

      *El final pretende ser una paráfrasis  del cuento "Dragón" de Ray Bradbury


Andrés Aldao

Avigdor cavila: ser o no ser


Juligan’s a la vista (segunda parte)


5

Fue una noche sin suerte: en lugar de la Geraldine tuve une rara pesadilla con un banda de paisanos de Stalin que venían a a demostrarme su simpatía con anillos de hierro y patadas. Quería huir  pero mis piernas parecían dos postes de cemento que me inmovilizaban. Desperté agitado y tembloroso, hasta que distinguí entre las persianas semicerradas la claridad del amanecer. Al rato dejé la cama, me duché, me afeité y una vez vestido me fui a encontrar con Shlomi el periodista. Llegué temprano, pedí un cortado grande y una de esas medialunas gigantes tan típicas del bar. Justo al meter entre los labios el primer Kent de la mañana fui atrapado por la mirada de unos ojos verdes cobra, endosados en el rostro enigmático de una muchacha rusa, cuarentona pero aún apetecible... Ella bajó la vista.

Al rato apareció el redactor. Nos  saludamos sin entusiasmo. El tipo pidió un café mientras encendía una pipa maloliente. Me miró con una sonrisa tan sincera como las promesas de una gitana leyendo el futuro.
–¿Así que te dedicás a las investigaciones? No sabía que hubieses trabajado en la policía. De casualidad leí el aviso que pusiste en nuestro pasquín y entonces te llamé — dijo.
–No publiqué en tu pasquín y nunca dije que había trabajado en la poli, ni que estoy buscando datos sobre el Georgiano. ¿Quién te sopló la novedad?
Se sonrió con una mueca estúpida y puso los codos sobre la mesa:
–Los periodistas no estamos obligados a revelar nuestras fuentes, Avigdor.
–Si me citaste para refregarme la ética de la prensa amarilla te pago el café y me voy a trabajar… –dije con calma pero con ganas de darle un mamporro.
–No te sulfures, no sabía que eras tan quisquilloso. Vamos al grano: te voy a contar algunas anécdotas pero nadie debe saber que yo te di la información. Es muy delicada: me puede costar caro. Escuchá bien y luego olvidate de mí. El asunto del aprete a cambio de “protección” comenzó en Rejovot hace un par de años. Itzik el Georgiano y otros paisanos, seguidores de las series de la mafia en la TV, resolvieron probar el sistema. ¿Vos te acordás del negocio de joyería que había en la galería de Hertzel, al lado de la ferretería de los mellizos? Lo fue a ver el Georgiano y le dijo que iba a pasar a cobrar una suma mensual para protegerle el boliche. Gluzman lo sacó carpiendo… Ese viernes a la noche lse incendiaron el local, pérdida total. Los juligan’s dejaron adrede un recipiente con restos de querosen en el basurero que había en la galería: el seguro no le pagó... adujeron que el siniestro fue intencional.
–Me acuerdo del incendio pero desconocía el resto de la historia. ¿Y que pasó con Gluzman?
–Jaim Gluzman se dirigió a la policía e hizo la denuncia. Ésta comenzó a investigar pero la gente del Georgiano lo amenazó a él y a la familia, llamadas telefónicas a altas horas de la noche. Un día pararon a la hija adolescente de Gluzman y le dijeron que iban a matar al padre. Retiró la denuncia... El hombre estaba desesperado: en el banco le cerraron la cuenta y Gluzman se enfermó del corazón, tuvo un infarto y murió. La policía no continuó investigando.
–¿Así quedaron las cosas?
–El Georgiano prosiguió ampliando la red de la “protección”. Otro comerciante, apañado por un funcionario del Likud, denunció la extorsión a la policía y Itzik fue detenido, estuvo un día en la seccional de Rejovot, y al día siguiente el juez lo liberó por falta de pruebas. Desde entonces, misteriosamente, los georgianos gozan de total impunidad. Hace dos meses el depósito del salón de fiestas de los hermanos Ianai, en la zona industrialde Rejovot, sufrió un incendio con pérdida total: nuevamente la mano del Georgiano.
–¿Quién está protegiendo a los “protectores”, Shlomi? La impunidad le cuesta mucho a esta gente: aquí. sin dudas, están metidos algunos de la poli, de la municipalidad de Rejovot, políticos de la zona… ¡Dame nombres! 
–Los desconozco, Avigdor: es muy peligroso y debo cuidarme. Te di todos los piolines del asunto, ahora te dejo la pelota a vos. Por favor, no mencionés mi nombre y espero no haber cometido un error al encontrarme con vos aquí en el bar. Ahora me voy, te pago mi café. Y escuchá un consejo: abrite, para qué necesitás problemas. Se trata de Itzik y sus paisanos; los apañan, ¡Cuidate!

6

Eran las nueve de la mañana, la ciudad parecía flotar entre la humedad de la planicie y la acometida de los rayos solares. A pesar de las vacaciones Hertzl st. parecía una romería oriental, el olor de la shuarma y los falafel (comidas al paso) fueron embadurnando la atmósfera mezclado con los escapes de los autos y camiones. Judíos etiopes, rusos, yemenitas, ashquenazis veteranos y marroquíes se cruzaban dándole un toque pintoresco a la ciudad. Con los celulares amarillos, rojos y plateados planchados en las orejas, hablando solos o haciendo morisquetas, parecían sonámbulos o retardados,. 

Me encaminé hacia el mercado municipal. Al llegar a la esquina de la zapatería, frente al banco Leumí, vi que en el negocio de Meltz había una franja amarilla rodeando el local y un poli de uniforme parado como una estatua con gorra. Entré al mercado, compré salamines y algunas aceitunas negras, pancitos frescos y regresé a mi casa. Decidí visitar mi oficina, tomar un café con gotas de vodka y fumar en paz un Kent largo: sería como preparar mi estado de ánimo para digerir las últimas noticias, el asesinato de Meltz, el informe secreto de Shlomi y cavilar acerca de mi suerte perra. Mi primer caso se desvaneció a las pocas horas. Muerto el cliente, ¿quién pagaría mi trabajo y los viáticos? ¿Y la picadora de carne que les iba a regalar a los viejitos…? Soy un tipo sin suerte. Más bien de mala suerte.

Abrí la puerta de la oficina y hallé un papel escrito con gruesos trazos sobre el piso. En mi aposento privado la mosca acróbata no apareció; además  yo carecía de ánimo para contemplar piruetas circenses. Abrí las persianas  y una cálida brisa me transportó a un fogón. En la contestadora no había mensajes y me puse a leer el aviso: LARGÁ POR LAS BUENAS: PENSÁ EN EL ACCIDENTE de TU AMIGO MELTZ. No tenía firma pero el estilo era muy similar al tipo que telefoneó el día anterior. Doblé la nota y la guardé en la cajita fuerte del escritorio.
Pensé hablarle a Dany el poli, pero quería recapacitar, ser más cauto y menos impetuoso. Era claro que las actividades de los georgianos apuntaban bastante más alto que el vandalismo de un grupo de matones. Era mucho vento y se necesitaba un aparato de extorsión bastante refinado: el trabajo en el terreno, complicidad de la policía y jueces venales, silencios comprados con sobornos, amenazas y violencia. 
Me caí del catre y recordé las ideas cándidas de Shlomi: influencia de las series americanas sobre un grupo de matones, etc. La cosa comienza al revés, deduje, reclutar a los matones fue el paso previo de los gruzinos (nacidos de Georgia) antes de pasar a los hechos.

Resolví visitar algunos negocios de la ciudad, recurrir a antiguos conocidos del ambiente y instruirme en el tema. Pero debía andar con pies de plomo. Y de pronto surgió la pregunta: ¿a título de qué, para quién iba a invertir mi tiempo con el riesgo, incluso, de acabar en una cloaca con una bala de adorno en la cabeza?

Tenía la sensación de que estaba metido hasta el cuello por la simple conexión que hizo el viejo Meltz a cambio de una picadora: ¡maldito sea el día que pisó mi oficina! pensé con bronca homicida.

7

Por favor no mencionés mi nombre y espero no haber cometido un error al encontrarme con vos en el bar, me había dicho con voz patética Shlomi. Esa frase volvió a mí, era falluta y estúpida. Decidí hacer una recorrida entre los negocios de Rejovot a ver si podía pescar datos. Con tretas baratas descubrí treinta comerciantes que pagaban protección a los georgianos. Un par de dueños. cuando se negaron a la  contribución voluntaria, a los dos días  aparecieron inspectores de la municipalidad haciéndoles multas onerosas. Pero no tuvieron necesidad de pagar: el Georgiano pasó por casualidad cuando les aplicaban las multas y les propuso interceder ante la oficina de cobros del municipio... Otros dos nuevos clientes engrosaron así en la larga lista de víctimas del chantaje. Esto me dio la pauta de que el asunto era escabroso, que estaban engarzadas unas cuantas cabezas de altos personajes de la poli, la justicia y la política. Era decididamente reflexivo de que yo soy un estúpido quijote pero quería probar mi suerte. O mi infortunio. Regresé a la agencia.

Estaba sentado en la oficina cuando sonó el teléfono. Escuché la voz de Dave, uno de los dueños de un negocio de ropa: quería hablar con conmigo  en persona. Fui a verlo pero no estaba... La empleada me ofreció tres camisas por cien shqalim (la moneda del país) y una sonrisa helada de fin de temporada.
Regresé al centro y entré al negocio de ropa baratieri del colorado Berenstein, de él se trataba, en la vereda de Salomon el tendero. El lugar estaba vacío…
–¿Cómo anda todo, Gingi (pelirrojo)? –pregunté.
– No se vende un carajo, solo basura–respondió de mal humor.
–¿Ya te visitó el Georgiano este mes? —le dije  de pronto.
–¿Eeeeehhh ¿cómo te enteraste, Avigdor?
–Para hablarme de eso me llamaste, ¿no? Estuve aquí hará una hora charlando con tu vendedora, ese pedazo de hielo de ojos marrones, boca de ave y pechuga de elefante que me quiso vender tus camisas.
No tuve que insistir: ya tenía la respuesta. El Gingi era un excelente tipo, me había hecho muchos favores y le reproché  no haberme contado sobre la extorsión.
–Son tipos muy jodidos y peligrosos. Si no pagás te sale más caro: fijate lo que pasó con Gluzman... Y a los persas los jodieron muchísimo. No fue sólo el incendio: se quedaron sin mercadería y entonces perdieron un montón de fiestas. Estoy cansado, quiero irme de esta ciudad de mierda.
–Así que bajás los brazos y te mandás mudar de Rejovot. Te hacía más duro, Berenstein.
–¡Pero qué querés que haga! son criminales que cumplen órdenes y me pueden matar.
–Andá a la poli, colorado –tiré la caña con carnada a ver qué podía pescar.
–Sos un cándido, Avigdor, no sé por qué te metiste a investigador. Sos vivo pero no tenés maldad: ¿quién creés que está detrás de este asunto? ¿un verdulero del mercado?
–Contratá a alguien que meta las narices y arme quilombo...
–Vos sos el indicado... te conozco y puedo confiar en tus agallas: ¿podés encargarte de este asunto? Decime cuánto querés y voy a pagarte: quiero acabar con esos georgianos mafiosos y los que están atrás... aunque  tenga que irme de esta ciudad.
Lo miré un rato... dudaba, sabía que era riesgoso meterse con esos mafiosos.
–Acepto, Gingi –dije–. En cuanto al pago, adelantame quinientos y después vemos. Pero tenés que tener mucho cuidado: nadie debe saber que me contrataste.

8

Cerca del mediodía fui a lai oficina; subí las escaleras con la sensación de los que ascienden al patíbulo. Contemplé la placa de bronce insignificante y opaca, abrí la puerta. Me estaba esperando una visita: la mosca acróbata que se estaba ejercitando en flamantes piruetas. La perseguí con el diario doblado como un garrote, pero fue inútil.
Levanté el tubo y marqué el número de Shlomi en el diario: No trabaja más aqu”, gritó una voz malhumorada. Lo llamé a la casa y un disco me informó que ese número estába desconectado. Me preocupé... Me couniqué con la suegra y me enteró que Shlomi se había mudado a un duplex en un nuevo edificio a la vuelta del cine Jen de la ciudad. Decidí hacerle una visita. Me metí en el Renault  pero no arrancaba y alguien me dio batería. Estacioné atrás del cine. debajo del único árbol. y fui a verlo… Apreté el timbre y escuché su voz por el intercomunicador: “Shlomi,  tengo que hablar con vos ahora mismo”. Entré: duplex en el quinto piso, una fantasía levantina.
Tuve un pálpito. Subí con el ascensor ultrasónico (el estomago se enredó en el esófgo), al abrirse la puerta él me estaba esperando con un rutilante piyama de iraqui, chinelas de cuero cuyo precio debía ser más alto que mis tamangos Mega (marca de zapatos estándar que compran las ratas como yo). Entré a la casa y ninguna de las chafalonías orientales desparramas por paredes y estantes lograron deslumbrarme. Me presentó a la mujer, que fue a preparar café, y nos sentamos en el luminoso salón cuya superficia podía albergar dos veces por lo menos mi departamentito de ambiente y medio. Shlomi permanecía inquieto a pesar de su cara sonriente. Supuse que se trataba de una máscara maravillosa: yo seguía impávido dentro de mi cordialidad epidérmica.
–Qué te trae por aquí, Avigdor, ¿ocurrió algo desde esta mañana? –inquirió tenso.
Entró la mujer al salón, una marroquí bastante agraciada, boca suave, ojos pardos algo saltones, una frente alta, el cabello teñido de un rubio Marilyn, y una piel blancaleche (y los siete enanitos) sobre un cuerpo algo excedido aunque sensual y sugestivo. Dejó el café sobre una mesita ratona con tapa de cristal y se esfumó detrás de una puerta que, seguramente, era el cuarto íntimo de la televisión.
Comencé a sorber el café aguado con gestos pausados mientras observaba al argelino.
–Shlomi, ¿cómo te enteraste del asunto de la extorsión?…
–Por algo soy periodista, ¿no te parece? –sugirió turbado.
–A mí lo que me interesa saber es quién te pidió que vengas a contarme la historia de los matones georgianos.
–Sabía que te interesabas por el tema y como amigo decidí contártelo, Avigdor.
–Me estás macaneando: nadie sabía que el viejo Meltz vino a mi oficina a contratar mis servicios, excepto el viejo y yo. Por lo visto alguien sí estaba enterado y por eso lo mataron con un disparo entre los dos ojos de pájaro. Vos me citaste porque te mandaron avisarme que me dejase de joder. Y al viejo lo mataron porque no era tan inocente y de seguro le debían mucha pasta negra. Por algo revolvieron y encontraron parte de lo que buscaban, pero yo también encontré y ahora está a buen resguardo. En caso de que me ocurra un accidente alguien va a enviar lo que encontré al procurador del estado. Adiós, Shlomi. El café estaba un poco aguado pero la taza de porcelana es preciosa. Hasta pronto –. Me despedí teniendo la sensación de que acababa de ver a una rata con apariencia humana.

9

Eran las dos de la tarde, aún  no había almorzado, hacía un calor de los mil demonios y no tenía ganas de ir a lastrar las albóndigas con puré en el boliche del iraqui. El cachivache arrancó como en sus mejores tiempos y me dirigí al quiosco de la shuarma al lado del banco Discount; acompañé la pita con dos latas de cerveza Macabi, y con el Kent enganchado de los labios subí al auto y volví a la oficina. Fue una tarde de calma chicha. Puse en el tape un CD de Troilo con Floreal Ruiz y luego al cantante israelí Arik Ainstein. Un silencio inusual me daba paz, los párpados pesaban, mis ojos se cerraban... como en el tango.

El disparo, y los vidrios de la mampara hechos moco lograron sacudir la modorra (estoy comiendo con mucha grasa últimamente, supuse) y me encontré acurrucado detrás del escritorio. No hubo más disparos: salí al pasillo pues la puerta estaba algo entornada pero no vi ni escuché nada más. Me habían disparado desde la puerta y la mampara tenía una perforación un poco más arriba de donde podría haber estado mi cucuzza. Eché un vistazo hacia la calle y alcancé a ver un Ford fiesta que salía como flecha: anoté las cuatro últimas cifras, 25–89.
Cerré la oficina, pasé por la ferretería y encargué un vidrio opaco y decidí investigar. Me tomé franco hasta el día  siguiente: decidí ir a tomar mate, escuchar algunos CD y luego vería: demasiadas emociones para un solo día de laburo sin remuneración.

10

Terminé de ver una película policial con James Cagney. Eran las once de la noche, bajé en el ascensor  y me encaminé a la agencia, doscientos metros de mi casa. Subí hasta el tercer piso, me acerqué a la placa de bronce, la saludé con un guiño de simpatía, puse la oreja sobre la puerta: no escuché ruido alguno ni divisé reflejos de luz. Di vuelta la llave de la Pladelet (cerradura de seguridad recomendada por mi hijo Silvio Almog cuando tenía 10 años) y abrí la puerta de una patada: nada ni nadie. Entré alumbrándome con la linterna, saqué la libreta de tapas negras: en la la primera página, con letra de molde, el nombre de uno de los poderosos de la ciudad, la fecha del préstamo (diez mil dólares) y tres devoluciones de mil el año anterior, luego todo en blanco. Figuraban otros ilustres ciudadanos de Rejovot, ninguno al día pero sin atrasos escandalosos como el del tipo. Había polis, gente de negocios, algunos nombres desconocidos, por lo general al día, y me llamó la atención que no había nombres de georgianos. Comprendí que el viejo Meltz era un prestamista y usurero, que el crimen no tenía tanta relación con los juliganim como con la usura. Supuse que Meltz tendría documentos firmados por los deudores y eso es lo que buscó el tipo que apretó el gatillo en la gruta del muerto. Ahora tenía dos vías para investigar: protección y usura. Esas eran, de hecho, dos caras de una misma moneda…

Estaba demasiado estufado como para ponerme a atar cabos o cavilar. Regresé a mi casa. La nueva vecina del cuarto piso estaba frente a la puerta del ascensor. Nos saludamos y ella me echó una mirada como para darme esperanzas. Entré; el vaso de vodka y el jugo de pomelo me esperaban, le agregué cubitos y dejé todo como estaba, la pileta desordenada llena de platos sin lavar, ropa desparramada, vivienda de hombre solitario...

El agua de la ducha me reanimó, comí una tajada de sandía y empiné otro vodka, esta vez con limón, luego me senté en el sillón hamaca que la ex me dejó de lástima y me puse a revisar otra vez  la libreta. No estaba en vena, pero se me ocurrieron ideas que podrían llevarme por buen camino. Decidí irme a la cama con la ilusión de soñar, esa noche sí, con el rostro angelical de líneas angulosas de la Geraldine. Fueron insoportables horas de calor. La brisa de la madrugada se había transformado en el aperitivo del jamsín (el viento del desierto)...

11

Bajé del camastro  y luego de vestirme fui a desayunar a Pinatí. La rubia culona que me trajo el desayuno me regaló una sonrisa que merecía una propina clemente . Abrí el diario, derecho en la página de deportes, leí los títulos y salí hacia la oficina. La mañana apuntaba templadita. En el camino me crucé con Dany el poli... Nos dimos la mano mientras él me preguntó: ¿Le hiciste vos la boleta al viejo Meltz?”. Se sonrió mientras yo le respondí ¿Por qué no te vas al carajo...?

Cuando entré a mi bulín dejé el pasquín sobre el escritorio. Fue en ese entonces vi en un ándulo del diario una noticia que se me había pasado:

ÚLTIMO MOMENTO: A la medianoche fueron detenidos el intendente y algunos altos funcionarios de la municipalidad de Rejovot sospechados de pertenecer a un grupo de mafiosos dedicados a la extorsión y el chantaje. Se cree que el grupo tiene en su quehacer  delictivo algunos crímenes cometidos en sus tentativas de extorsión contra personas que se negaron a pagar la protección...

* * *

Avígdor Almog cerró el diario; su mente lo transportó a la libreta de tapas negras, a los nombres que aparecían allí entre los cuales estaba la plana mayor de funcionarios de la ciudad. Un caso más de corrupción, chantajes y sobornos para gozar de prebendas, y dedujo que la historia de los juliganes había sido aclarada pero los mafiosos  estaban en libertad y seguirían circulando por las calles de Rejovot, impunes y perpetrando nuevos y graves delitos.
¿Cómo puedo yo, un cazador solitario, enfrentarme al delito organizado? pensó rezongando mientras la copa de vodka resbalaba silenciosa en su garguero...