sábado, 1 de diciembre de 2012

Marta Comelli,

                                                                             


Buenos Aires, Huecos De Colección 


''...metro a metro    el mundo.../ encerrado en un ritmo de abismos...''
Andrés Sánchez Robayna


EL vuelo negro frente a mí,  sobre un edificio histórico, retro.
Lona ondulando, trapo sobre la fachada europea, recordando tiempos de gloria e influencias.
Huecos.
Tras el vidrio en la ventana
una mujer cuelga sobre el respaldo de una silla un ramito de flores secas.
Se seca una lágrima.
Es la ciudad, así.
Seca almas,
 ansias,
 esperas.

-


HUECOS similares proliferan.
 Tras ellos, sus ventanas viven seres humanos.
Otros observamos esas vidas.

Hoy me perturba ese gajo tan alto de la buganvilla que crece en el balcón,
 se extiende como una telaraña, se enreda en la mujer hasta la asfixia.
La flor estalla,  a pesar de las fisuras,
 de mi ojo seco.
Tapa el gajo a la mujer, su rostro de lejanía y cera,
tapa parte de su adormecida luz tras el hueco,
parte de su vida.
-
ESTA mañana las flores no duermen en de la silla
ella las puso en un jarrón violeta en el borde externo de la ventana.
 Perfuman un aroma seco que me alcanza.
El hueco de la media-sombra se agranda,
sugiere formas extrañas.
Se parece a un milagroso animal redimido de un mar violento
y cansado, se recuesta sobre la ventana en búsqueda de aromas.


La mujer evanescida
está presente, en el silencio que simula la ventana,
     entreabierta.

-


EL vacío que sugiere la tela no debilita los muros alisados
ni la mano del hombre alisándolos,
o su cuerpo en balanceo sobre el andamio.
Baila el hombre una danza suave que lo lleva y trae sobre la pared curada.
Baila la mujer tras el hueco.
La ventana la atrae y danza en amarillos círculos, seca su lágrima seca.
El hueco, movilizado por el viento, se extiende, infla, aleja.
Ignora al equilibrista.
Ignora a la mujer,
su ojo seco,
 las flores secas,
 el vaso lila.
Ignora,
su dibujada forma de serpiente ahora girando en el aire,
envolviéndose.


-



RETENGO la vulnerabilidad de esa mujer y su ventana en la mirada,
la mujer de lágrima seca,
colgada en el hueco floreado,
volando en un aire abismal,
atravesando el quiebre de la tela,
desliéndose en el espacio libre, puro.
Ella.
Yo, seco mis ojos rojos.


-


MI mano elevada  dibuja desde la ventana en piso doce
un saludo al niño allá abajo.
 Frota su cuerpo, su cabeza rasca con furor.
Solo,  nadie lo mira.
A un costado del quiosco de las veinticinco horas,
una mujer duerme entre trapos y cartones,
como ayer,
como la semana pasada.


El niño extiende la mano que flota  en el aire formando imágenes
como la media sombra.
Encerrado en su propio abismo sucumbe ante la ciudad.
La mujer duerme sobre la desidia,
temblorosa  como un relámpago.


-


LA mujer sola. Y el niño.
El equilibrista solo.
Yo sola en este hotel, atalaya de observación humana.
Este, que no me protege de tus huecos Buenos Aires.


El baño de agua tibia,
las sábanas blancas, ¿me resguardan?.
¿Me salvarán?


-

SALGO.
Salgo de mi hueco
compro un café, un chocolate, en el quiosco de las veinticinco horas.
El chocolate para el niño de desorbitados ojos,
intento decirle algo, y no encuentro.
 El café para la mujer joven
pretendo decirle algo, y no encuentro.
Me escurro dentro de mis propias sombras.
En el pasaje del Obelisco respiro un aire viciado,
compro un pasaje a no sé dónde,
voy hasta el final,
me digo,
a respirar otros aires.


-



UNA muñeca para ellas. La aprieto fuerte sobre mi pecho,
un libro para esfumarme entre sus hojas.
Buscaré sol,
buscaré  engañarlos,
alejarme de los desoladores huecos.
Vulnerable, reflejada en la ventana de las imágenes secas
voy  hacia donde ellos cedan intersticios a la luz, el verde, el agua.
Voy hasta donde las manos no me alcancen,
 Buenos Aires.                                                                 

Marta Comelli, Noviembre 2012

3 comentarios:

  1. Huecos, alvéolos, silencios, ventanas y miradas son los signos elegidos por la poeta para alejarse de las desolaciones, y con el poema como un intersticio, alcanzar la luz.
    Muy profundo. Excelente.
    Felicitaciones y saludos.
    MARITA RAGOZZA

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  2. Bellísimo poema Marta!!!! Imágenes que impactan , duelen , enternecen.
    Y el hueco...el eterno hueco...
    Un abrazo!!

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  3. Siempre que voy en un colectivo mirando por la ventanilla o estoy en un departamento de amigos, me pregunto que del otro que desde allí se observa. Y esta serie de poemas me encantó amiga, me aliviaste el pensamiento, me diste servidas las sensaciones y lo hiciste muy bien.
    Cada día escribe mejor la señora...!!
    Tq

    Lily Chavez

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