domingo, 27 de mayo de 2012

Carmen Passano



Luchemos con la pluma

Contar cuentos, es algo tan viejo como las historias que contaban nuestros antepasados, cuando caían las sombras sobre las últimas luces del día y se reunían para afrontar la noche con las lámparas, o simplemente con los reflejos de una fogata.
Entonces, se comunicaban unos a otros los sucesos, los azares y contratiempos, que cada uno vivió en esa jornada de las que muchos apenas lograron sobrevivir, en esa lucha por la vida en tiempos remotos. Las historias, que pasaban de boca a boca y de padres a hijos, son las que se hicieron leyendas, hasta que el primer escrito fue proclamado de puño y letra, primero de los pensadores y filósofos y después de historiadores y cuentistas.
La historia Argentina, que cuenta entre sus escritores a hombres famosos de la literatura, simplemente cuenta los hechos verídicos o no tanto, vistos desde la mirada de ideas propias de esos autores.
Que seria de un pueblo sin historia, sin leyendas y tradiciones legadas de antepasados que vivieron una época difícil, sin la facilidad de la comunicación que tenemos hoy en día. Hoy, ahora, en el Bicentenario de la independencia de la Patria, repasamos esos acontecimientos que hicieron historia, para comprendernos mejor, para saber de donde venimos, adonde se dirige el futuro de un país, que sufrió tantos altibajos, y una represión militar que mato y torturo a miles de jóvenes argentinos.
Jóvenes intelectuales, escritores, pensadores, artistas, que expresaban con su arte maneras de pensar y de sentir la justicia para todos.
Las manifestaciones del arte, y el dolor del exilio, aun hoy se manifiestan, en un grado muy alto de popularización, aun en el extranjero. Nuestras mejores plumas, como Cortazar, Mario Benedetti, Osvaldo Soriano para citar a unos pocos, como dijo Alejo Carpentier en un ensayo a propósito del tema.
- Luchemos con la pluma – Sin duda, contar es hacer historia. Sin duda, la historia hecha de pasiones, guerras, enfrentamientos y política será la herencia que le dejemos en el futuro a otras generaciones.Buenos Aires se viste de fiesta, es cumpleañera. Aun una ciudad joven, pero de tal belleza, que encandila hoy a todo el mundo, sensible, amiguera, recibe a gran cantidad de turistas que la recorren y la admiran aun con sus defectos. Como antaño los inmigrantes, que buscaban refugio y trabajo en tierras vírgenes que los acogían con los brazos abiertos, hoy los turistas encuentran la gentileza del porteño, y de la gente del campo argentino, que los reciben con el abrazo gaucho y amigo. Desde la época colonial hasta ahora, pasaron doscientos años de la declaración de la Independencia Argentina con muchas historias para contarles al mundo que nos mira, y sigue nuestros pasos.
Han pasado muchas aguas fuertes porteñas, como diría Roberto Arlt en sus ensayos. El argentino ha evolucionado, destacándose en varios aspectos de la ciencia, tecnología y artes en todo el mundo, a pesar de los contratiempos políticos y de bajos presupuestos, con que contaron para investigaciones y proyectos.
Hoy la Argentina, aun empobrecida surge de entre cenizas victoriosa, emprendiendo con optimismo y fe un futuro soñado por todos.

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