jueves, 9 de septiembre de 2010

Estella Maris Taboro




Los que no tienen voz porque los callaron,

son la nada, a nadie les importa
caminan y nadie los considera.
Existen porque los parieron
pero no tienen presencia para el Estado.
Son sospechosos y los miran de reojo,
circulan desahuciados,con la mirada
pegada al suelo.
Los viste el desprecio ,se aferran
a las supersticiones para sostenerse,
Son la nada,aunque podrían ser científicos,
pero lo hacharon ,para que sean nada.
No se si tendrán sueños,
quizás creerán que la buena suerte
los despertará un día,
Siempre alzarán algún alfiler del suelo
y nunca pasarán debajo de una escalera.
Pero para la sociedad, ellos son la nada,
y la buena suerte no les llueve jamás.
Manejan el lunfardo y sólo estarán,
quizás, no es seguro, en algún censo,
como número , no como ser ,porque
son la nada, son nadie,
son brazos explotados,
que sueñan con ser escuchados

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