La revista que nunca duerme

ALEJANDRO SCHMIDT

 

        39. la envidiosa
 
deseaba el espejo de la bella
y no sabía que era el maquillaje del gusano
 
quería el eco de los pasos del rey
para su música nocturna
y desconocía su huella de infantes
sangrando tras la luna
 
pedía
una tiza amarilla para trazar el nombre de su odio
y no sabía abrir ningún vocablo
 
quería y quería
 
y
 
cuando supo aquello que ignoraba su deseo
ansió la ignorancia
y no la tuvo.
 
        40.  la engañada
 
de ese pozo
-dijeron-
has nacido
 
luego de pelar fruta, un mediodía/
alzó el inmenso cucharón
y fue hasta el aljibe
 
creyó ver
en el fondo
algunas partes de su alma
y
al inclinarse
- brillaba y brillaba lo oscuro -
el pozo la bebió con su antigua sed
 
entonces el agua negra
recuperó su dulzura.
 
 
 de " El Patronato"
     corresponsal Susana Zazzetti